Nemo adora a su padre, aunque no siempre comparta sus normas. Al fin y al cabo, ¡hasta el pez más pequeño necesita espacio para explorar! Cuando la despistada Dory se ofrece a cuidarle una tarde, Nemo ve la oportunidad perfecta para salirse con la suya. Un escondite en el coral prohibido, galletas y pizza para cenar, y alargar la hora de dormir cinco... o diez... o quizás veinte minutos más. ¡Es todo lo que Nemo podía desear! ¿O quizá no?
© Disney/Pixar. Todos los derechos reservados.