Robinson Crusoe emprende un viaje marítimo que marcará para siempre su destino: una severa tormenta hace naufragar su barco en una isla desierta. Se trata de una aventura de supervivencia física y espiritual, que durara poco más de veintiocho años. Sus enemigos más poderosos serán la soledad y la incertidumbre. La maravilla de este clásico imperecedero, reside en mostrarnos, desde las peripecias de un náufrago, quiénes somos.