Los antiguos griegos desarrollaron un concepto llamado isegoria, el derecho de todos los ciudadanos a participar en el debate público y en la asamblea democrática. La isegoria, que se remonta a 2.500 años atrás, es un aspecto que define la democracia ateniense, y permite a los ciudadanos de todos los estratos sociales manifestar su opinión en el espacio público.