FASE 1 : Cuando realmente tenemos claridad en nuestro propósito, podemos tener éxito en nuestra tarea.
FASE 2 : Cuando tenemos éxito, obtenemos la reputación de ser alguien a quien los demás acuden. Nos convertimos en “el buen [di tu nombre]”, que siempre está ahí cuando lo necesitas, lo cual hace que se nos presenten cada vez más opciones y oportunidades.
FASE 3 : Cuando tenemos cada vez más opciones y oportunidades, lo cual de hecho representa una exigencia sobre nuestro tiempo y sobre nuestras energías, se diluyen nuestros esfuerzos. Nos dispersamos cada vez más.
FASE 4 : Nos distraemos de lo que sería nuestro nivel de contribución más alto. El efecto de nuestro éxito consiste en consumir la claridad misma que produjo nuestro éxito en primer lugar.