Un relato fuerte para tomar en cuenta las realidades de las personas sin hogar.
Pese a que no vivo en el país en donde se desarrolla la historia, de alguna manera, en mi país se experimenta algo similar y me parece muy fuerte el sentido que el proyecto civilizatorio de occidente le dio a la pobreza (carencia de recursos para consumir) y cómo muchos lo aceptaron a tal grado que, genuinamente, creen (y defienden) que hay que pagar por salud, alimento y vivienda, siendo estos tres derechos universales de los cuales, absolutamente nadie, debería carecer...
Personajes
No comprendí el final, me ha dejado preguntas sin responder. Tal vez se me hubiese gustado mucho antes de que pasaran todas esas cosas, me duele que tuvo escenas de su vida donde sufrió abuso y nadie la apoyó, sino que vivió amenazada, lo del perro no fue su culpa, la verdad no sé que pasó con él.
Me gustó mucho, es el primer libro que leo de Sara Mesa, me dejó con el placer de leer más. No es romance, la vida de una mujer que se muda a un pueblo que no conoce, que no ha probado el deseo o el placer, envuelta en varios giros que no tienen salida, un casero abusivo y arrogante.
No lo sé, debo profundizar más en eso.
Leer estos ensayos después de la lectura de Desde los zulos de Dhalia de la Cerda me causó un tremendo shock y cimbró varias cuestiones de mi pensar feminista. Me quedó clara la blanquitud y los privilegios al formular y escribir desde la perspectiva europea.
Estupendo audiolibro. Muy recomendable.
Esta muy bonito... Esta historia me encanta... ♡
En palabras de la autora "La historia de "Cara de pan" tiene su germen en el cuento "A contrapelo" que escribí para la antología "Riesgo" publicada por la editorial Rata en 2017", no sé si vaya a buscar ese cuento, pero este libro termina en dos partes, pocas veces un final es tan redondo, asimétrico, cabizbajo y con un andar de loco.
Ha sido magnifico encontrar un texto que no busque sacudir al lector, esta historia es para atraparte, para sentarte en una banca del parque y sumergirte, sin prisa, sin predisponerte. Sara Mesa va deshilando a través de dos visiones opuestas los sentimientos más crueles que podemos sentir, curiosamente, están sumamente presentes en los extremos de la vida, la soledad, el aislamiento, la singularidad y la necesidad de comunicación, son sentimientos que nos aquejan cual avalancha en la infancia y en la vejez; pero ojalá se quedara ahí, implícitamente, refiere temas muy delicados como el bullying, la afirmación sexual, el esencialismo de género y el fracaso personal.
El del protagonista adulto, un fracaso de carácter integral, el de un hombre, ya mayor, refugiado en la observación de los pájaros y en la música de una cantante de soul de los 60. Es el fracaso de una vida que ya no admite recomposición. El de la niña es el fracaso temporal de su difícil incorporación a la adolescencia. En ambos casos el resultado les lleva a la autoexclusión y a la búsqueda de la soledad. En ambos casos, también, a encontrar en el descontento del otro la búsqueda de un denominador común. Ese denominador común es el inicio de una amistad imposible.
Desde que leyera “Cara de pan” y “Cuatro por cuatro” (novela finalista del Premio Herralde), esperaba con ansías encontrar otra novela de Sara Mesa que me atrapara con esa cualidad tan suya de sumergirte poco a poco en sus historias; por fin apareció “Cicatriz”, Premio El Ojo Crítico de Narrativa y elegido entre los libros del año por El País, El Mundo, ABC, El Español y un considerable etcétera.
Sonia es una veinteañera atrapada entre una vida familiar bastante deprimente y un trabajo aburrido, ella encuentra su distracción en los foros literarios, lo que no necesariamente significa que lee, ahí, en un chat, conoce a Knut, un hombre que se encuentra a setecientos kilómetros de distancia, con él, inicia una relación bastante particular, él comienza regalándole libros por correspondencia pidiendo que pague el costo del envío, poco a poco, los regalos van escalando, primero perfumes, luego cremas, luego ropa, hasta llegar a la lencería. Entre la atracción y la repulsión, Sonia no puede evitar sentirse fascinada por este personaje insólito y perfeccionista, que vive fuera de toda norma social y que la corteja a través de suntuosos regalos.
Que novela tan extraña y tan sublime, no la voy a alabar como un hito literario, pero no leerla es negarte la posibilidad de descubrir que una historia fofa y sin sentido, si está bien contada y escrita, puede ser un gran revulsivo; la premisa (ella conoce a él, él se obsesiona con ella) me pareció sumamente reiterativa, pero Mesa es especial, transmite a la perfección el tedio en el que se encuentra inmersa Sonia al inicio de la novela y esa necesidad urgente de encontrar ese algo que la rescate de una existencia anodina y gris, en perfecto contraste, Knut es estrafalario, obsesivo, repulsivo y bastante pagado de sí mismo, se supone que es una mezcla extraña de repulsión y atracción, pero hay que decirlo cómo es, la historia avanza, la vida sigue, pero Kunt y Sonia se estancan.
Si, la fascinación y misterio con el que arranca la novela se diluye por momentos, pero se compensa con esos saltos constantes hacia delante y hacia atrás en el tiempo, sin embargo, no abrigues esperanzas de conocer el resultado, te vas a equivocar, quizá también te vayas a decepcionar, pero el viaje lo vale.
Existen autores y autoras que son artesanos del lenguaje, tienen la capacidad de tejer cada palabra para hilar una historia contundente, esta novela es una muestra, se sustenta en el amor, aunque de una manera absolutamente sui géneris, incluye una crítica interesante a la sociedad de consumo, muestra una extraña sexualidad vertida en dos envases distintos y presenta una áspera imagen de lo que puede ser la vocación literaria, puede ser, pero espero no sea el caso.