Toda la vida has vivido más en tus sueños que en la realidad… ¿No era esto exactamente lo que ocurría cuando, de niños, éramos amigos? ¿Te acuerdas del Príncipe Encantado, el sapo ese con su corona de oro en la cabeza, el que tú siempre me hacías buscar en el jardín, como si fuera un idiota? ¿Te acuerdas?