La soledad aquí es no solo anhelo de aceptación, sino también de integración. Surge de la comprensión, aunque profundamente enterrada o evitada, de que el yo se ha roto en pedazos, y algunos fragmentos faltan porque se han expulsado al mundo. Pero ¿cómo podemos reunir los pedazos? ¿No es ahí donde entra en juego el arte (sí, dice Klein) y en particular el arte del collage, de la tarea repetitiva, día tras día y año tras año, de unir las imágenes rotas?