25 de abril de 1997, Ruiz escribe:
El punto de partida es simple, pero el trasfondo puede ser complejo: en un lugar de Belleville está la sede de una pequeña secta inofensiva, adoradores de un fragmento de película llamado El film por venir. El protagonista ha perdido a su hija y busca entre los miembros de la secta: un relojero, un restaurador, un empleado fotocopiador, un comerciante de arte africano. Son, en realidad, los cuatro jinetes del Apocalipsis. Después de persecuciones e intrigas, el protagonista descubre que su hija lo busca y que es él quien ha sido tragado por la secta. El fin del mundo tiene lugar y a cada instante es recreado. Se filma en blanco y negro, como si fuera una fotonovela: los personajes en pos