—Así que sus emociones constituyen sus pensamientos —dijo Mike.
—Correcto —dijo mi padre rico—. En vez de decir la verdad sobre cómo se sienten, reaccionan a su sentimiento y no piensan. Sienten el miedo, van a trabajar con la esperanza de que el dinero eliminará el miedo, pero no es así. Ese miedo los tortura y vuelven a ir a trabajar con la esperanza de que el dinero calmará sus miedos, y nuevamente no lo hace. El miedo los tiene en esta trampa de trabajar, ganar dinero, trabajar, ganar dinero, esperando a que el miedo desaparezca.