Una de esas historias que ponen a uno a reflexionar después de terminar de leerla, ya que más allá de ser un relato de miedo es una alegoría a la bondad y la maldad que rigen al ser humano ¿somos malos por naturaleza o es la bondad algo que también puede guiarnos para hacer lo correcto? ¿Podemos acaso gobernarnos a nosotros mismos o hay algo oscuro dentro de cada uno que nos invita a la crueldad? Robert Louis Stevenson hace una disección aguda de estas cuestiones y hace que cada lector tome sus propias conclusiones.
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde es una obra que sigue, aún después de mucho tiempo, vigente en su temática y que nos muestra la eterna lucha entre el bien y el mal.
Un clásico digno de ser leído.
Muy buena historia, la volvería a leer muchas veces más. No soy de salir del género romance-fantasia, pero este me llamó mucho la tención y me atrapó bastante. Mas adelante veré la forma de leer el libro fisico porque me encantó bastante y me generó muchas emociones, intriga, emoción.. entre otras. Me hice mucho la cabeza sabiendo de que iba la historia pero eso no le quitó para nada la emoción a lo que leía, es más, me emocionó aun más. Empecé a leerla hace un dia y medio, pero no lodía despegar los ojos de la lectura de lo interesante que estaba, la amé. La recomiendo mucho.
La verdad, no sabía que esperar de este libro, pero sin duda, tiene muchas sorpresas y da una visión de la realidad en una historia que te estremece por la crudeza en que pasan las cosas, si quieres reflexionar un poco o mantenerte en suspenso, este libro es para ti.
Es muy buena esta lectura les contare un poco aserca de esta lectura se trata de una botella que era indestructible que todos los que poseían esa botella podían obtener todo lo que deseaban adentro vivía un demonio por esa tazón se llama el diablo en la botella
El extraordinario de la obra se me asemeja a la problemática del hombre moderno para desarrollar una estabilidad y al mismo tiempo una autenticidad artística, esto solo lo hace afrontar una (dualidad); Concepto clave en la obra y que se convierte para el arte en un malestar. Malestar qué se viene presentando hace siglos y solo hace qué el arte sea cada vez más líquido.
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde llegó a mí gracias a mi profe de Literatura, Deysi (sí, la misma que me recomendó La Dama de las Camelias hace un año). Me enganché con el libro desde el minuto uno, es bastante corto, fácil de leer, pero sobretodo muy reflexivo. Es fascinante ir descubriendo a través de las páginas como Jekyll y Hyde son la misma persona mediante las pistas y escenarios sutiles que nos proporciona el autor. Es interesante como Utterson cumple la función de detective en toda la trama, por lo que es considerada una novela policial por sus características, aunque principalmente es alegórica, por la dualidad entre el bien y el mal que presenta la obra. Con Jekyll y Mr. Hyde, Stevenson hace una especie de premonición o adelanto a la teoría de Freud, siendo Henry Jekyll el Superyó, es decir la consciencia social, que está condicionada por la moral, la ética y los valores y Edward Hyde el ello, que es sinónimo de placer, basándose en todos los deseos reprimidos por el Superyó.
Esta obra fue escrita en el siglo XIX, en la época victoriana, donde todo se basaba en apariencias y correctivos sociales, estéticos y morales. Se guardaban las apariencias hasta tal punto en el que se puede caer en la hipocresía. En este contexto, Stevenson rompe un patrón al insertar al alter ego del Dr. Jekyll en la mente de los lectores, que a medida que leían no sospechaban que se trataba de la misma persona, ya que sus "valores" no le permitían ver que alguien respetable podría convertirse en un ser abominable. Romper con los patrones de belleza clásicos de la literatura clásica, reivindicar con rebeldía la libertad de los personajes monstruosos es precisamente lo que busca lo monstruoso en el romanticismo, mostrando la otra cara de la moneda: lo siniestro, que no es más que algo profundamente familiar que se ve reprimido porque está destinado a permanecer en secreto. Esto se evidencia en esta obra, en Frankenstein de Mary Shelly, Nuestra Señora de París de Victor Hugo e incluso en el Drácula de Jan van Eyck. El mal se ve personificado a manera de un tipo con antivalores, es nuevo para los lectores y para los personajes de la obra, que viven en el mismo mundo de apariencias que la sociedad victoriana, por lo que se les dificulta definir a Hyde, nadie da una descripción exacta de él, pero todos coinciden en que tiene algo maligno. Con Jekyll, el moralmente aceptado ocurre lo contrario, ya que hay cientos de adjetivos calificativos positivos que sus amigos y personas que le conocen de paso utilizan para referírsele. En un inicio la transformación funciona. "Yo me puedo librar de Hyde cuando desee" le dice el Dr. Jekyll a Mr. Utterson cuando se quedan solos luego de la reunión que tuvo lugar en la casa del primer mencionado. Esto generalmente lo dicen los dependientes de sustancias ilícitas y quienes están atrapados en una relación amorosa codependiente: "lo puedo dejar cuando quiera". Es una frase que trata de autoconvencer a quien la dice de que tiene el control, cuando esto no puede estar más alejado de la realidad y se evidenciado en la novela, ya que la dependencia se vuelve mutua. Jekyll necesita de Hyde para sacar sus pasiones reprimidas y Hyde necesita de Jekyll para no ir a prisión. Al final, Hyde termina consumiendo a Jekyll, demostrando que si en un inicio supo controlarlo, fue derrocado del mandato. Los escenarios también forman parte fundamental en la trama, desde el hecho de que la parte trasera de la casa de Jekyll simboliza la dualidad del ser humano. Los cielos, las viviendas, las calles de Soho, todo está tan bien descrito, tanto que Charles Dickens tuvo competencia. Esta es una particularidad de la narrativa de Stevenson. Algo que destaca en medio de todo, es la amistad que existe por parte de Utterson hacia Jekyll, ya que trata de ayudarlo desde que se entera de la presencia de aquel intruso hasta el final. Stevenson se aparta de la religión en su escrito, ya que la trama gira entorno al ser humano y en un par de ocasiones se menciona que están presentes lecturas que contradicen en parte a la religión: Utterson acostumbra a leer algo así antes de dormir y encuentran en el laboratorio de Jekyll algo similar. Hay que tener en consideración que Stevenson era agnóstico. Una obra magnífica, revolucionaria y adelantada a su época. Estaremos leyendo La Isla del Tesoro pronto.