Jaime Labastida

  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Y eran una sola sombra larga
    y eran una sola sombra larga
    y eran una sola sombra larga…
    ¿Nada añade un verso al otro porque son iguales? Cada verso, al repetirse, insiste en subrayar que los dos amantes se han vuelto uno solo. Por si lo anterior fuera poco, el poeta utiliza una leve aliteración en la consonante (silbante) s y en la vocal (abierta) a, con el propósito de alargar aún más la sombra que se proyecta. El verso es un decasílabo, explotado por el modernismo para romper con el que era de uso corriente en la versificación española. En vez de endecasílabos y octosílabos, el modernismo se valió de otros versos melodiosos, de diez y doce sílabas
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Rubén Darío da inicio al libro Prosas profanas con esta cuarteta:
    Era un aire suave, de pausados giros,
    el hada Harmonía ritmaba sus vuelos;
    e iban frases vagas y tenues suspiros
    entre los sollozos de los violoncelos…
    Los versos tienen doce sílabas. Con ellos y las aliteraciones en la consonante s, fricativa, silbante, suave, por un lado y por otro, en la consonante sencilla r, suave también, el poeta acentúa el tranquilo y agradable espacio que sugiere. Los cuatro versos indican, en un haz compacto, un ambiente en extremo delicado. El cuarto verso se pronuncia a la americana: la z de sollozos con el sonido de la s y la c de violoncelo también con el valor fónico de la s (no del dígrafo ch, no a la italiana). El poeta se ha valido aquí, pues, de otros recursos, diferentes a los que habíamos previamente señalado
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    No dice: horizonte de la montaña; dice, en cambio, horitaña de la montazonte: este giro le permite combinar fonéticamente el nombre de la golondrina hasta obtener unos resultados significativos insólitos: los vuelos de las aves, por decenas, se entrelazan en el cielo y producen la algarabía intensa de colores, de trazos, de sonidos, de felicidad acaso, que el poema ofrece. La golondrina se hace instrumento músico (la violondrina y el goloncelo); produce un aire fresco y nuevo (la golonclima, la golonbrisa); crea poesía (la golonrima, la golonlira, la golontrina); le da otra vida a la vida (la golonniña); genera placer (la golonrisa); hace nacer la luz (la golondía)… El ritmo creado por esta combinación de palabras muestra la posibilidad, infinita casi, de la creatividad poética, a partir tan sólo de cambios en el orden de las sílabas que forman las palabras: Huidobro rompe las estructuras habituales del lenguaje y le otorga un valor inédito a la palabra: le restituye todas sus cualidades materiales
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    las palabras cobran su fuerza material al ser trabajadas por el poeta: son, ellas mismas, materia fónica, vibran y viven. No sólo significan y tienen sentido, sino que en el poema también se muestra el enorme valor sonoro del que están hechas
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Desde finales de la Edad Media, en algunos países de Europa (Italia, Francia, España, sobre todo), empezó a usarse una forma musical que hacía coincidir entre sí las dos sílabas finales de cada verso. En la España medieval, esas formas fueron desarrolladas en una estructura que recibió el nombre de cuaderna vía: cuartetas que rimaban de manera monocorde.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Rimar así fue algo por completo nuevo: la rima no existía ni en Grecia ni en Roma. Tampoco en los textos de los cantares mexicanos hay rima ni en la Epopeya de Gilgamesh ni en los versículos de la Biblia. La rima consonante se extendió con rapidez por la península ibérica, llegó a tierras americanas y se hizo tan común que, durante largo tiempo, se consideró que formaba parte sustantiva de la poesía. En realidad, es sólo una de las posibles formas rítmicas del verso: marca el ritmo de la versificación y lo vuelve regular
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    El ritmo de los poemas se dictó a partir de la rima, en especial la consonante (la que obliga a la cabal coincidencia de vocales y consonantes), a diferencia de la asonante (en la que sólo coinciden las vocales)
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Es preciso decir, empero, que la ausencia de rima, en el verso libre y en el verso blanco, no indica la ausencia de normas. Estos versos no deben emplear rimas internas, por ejemplo, deben valerse de las reglas de acentuación que poseen los versos en la lengua española, en la que no existe emisión de voz que supere las catorce sílabas del verso alejandrino
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Por otra parte, los versos de sílabas pares son eufónicamente armoniosos entre sí y no toleran la presencia de versos de sílabas impares. A su vez, los versos de sílabas impares guardan armonía entre ellos. Se oyen como incorrectos versos en los que se unen versos pares e impares. Así, la poesía moderna se vale de otros recursos y amplía sus registros: la imagen, la metáfora, el ritmo, los acentos…
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Veamos ejemplos de lo dicho en la poesía de Octavio Paz. “Piedra de sol” es, quizá, el poema de más largo aliento de nuestro poeta. Está organizado de manera circular: finaliza exactamente como se inicia, con la misma serie de imágenes:
    un sauce de cristal, un chopo de agua,
    un alto surtidor que el viento arquea,
    un árbol bien plantado mas danzante,
    un caminar de río que se curva,
    avanza, retrocede, da un rodeo
    y llega siempre…
    Se trata de versos endecasílabos de los que está ausente la rima; son, por lo tanto, versos blancos, métricamente impecables
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