Estas cuatro imágenes —la Virgen, la Madre, la Hechicera y la Bruja— aparecen en los cuentos populares y las leyendas estableciendo un paralelismo entre el ciclo de las estaciones y el de la luna, pero también vinculándolos con el que atraviesa cada mujer mes a mes; sin embargo, la interpretación de los misterios femeninos desde una óptica moderna casi siempre omite el significado y la experiencia del ciclo menstrual.