Quién sabe por qué vuelve tan a menudo a su memoria, ahora que está muerta. Y no se trata de recuerdos, sino de visiones repentinas: casi como si estuviese allí, con su cuerpo desmadejado después de tantos partos y abortos, llevando a cabo esos pequeños gestos cotidianos que mientras vivía parecían los de una moribunda y ahora que ya no está mantienen el sabor amargo y crudo de la vida.