NUESTRA CASA ES ANCHA, DE PIEDRA BLANCA y está en el corazón mismo de Ipswich, en Foundation Street. Dentro reina siempre la oscuridad, de invierno a verano, con escaleras que llevan a una sala que tiene las paredes cubiertas de rostros y más rostros: almirantes de gorro encarnado y clérigos de ojillos brillantes que te devuelven la mirada desde sus rectángulos polvorientos.