Rubén Rivera

un suicida no desea la muerte únicamente, quiere que esa farsa horrible y aterradora que es la vida le dé el papel principal, no importa que la representación de la última escena sea su funeral

Escucho el brillo del oleaje, moja mis pies

Después del estallido mi alma se vuelve azul

¿Por qué habremos de pedir una limosna a Dios para decidir nuestra muerte?

Estoy hecho de olvido, de sueño, de tristeza.

Mis poemas, la luz que palpo, la huella del silencio que recojo, todo esto se hará polvo

El anochecer es un dolor que cae degollado desde el cielo

En mi alma florece un astro, cuando pienso que moriré. En la camisa guardo un terror inconfesable.

Se oye un disparo: la bala sale del corazón

Estoy llorando en los azules