cortos de tutores. —¡Guau! Excelente noticia. Me sentía feliz, todo parecía ir de maravillas y ¡era el primer día!
—¿En serio? ¿Puedes hacer eso por mí?
—Por supuesto. Ellos investigarán en tu antigua escuela y, si les gustas... listo —dijo chasqueando los dedos sonriendo.
Me encantaba la idea, era una manera de estudiar, de garantizar una posible beca y ocupar el tiempo como solía. Así lo hice los últimos tres años y todo iba muy bien. Permanecía un rato después de clases y llegaba justo para hacer la cena en casa. Mis días eran ajetreados y llenos de cosas que hacer, así que la idea de que volviera a ser igual me llenaba de tranquilidad. Por lo menos iba a tener cosas similares a mi antigua vida. Genial.
En el receso todos se conglomeraron en el jardín y continuamos conociéndonos. Eran muy agradables y fáciles. Su distintivo