Ángelo Nestore

—Los zapatos rojos de El mago de Oz.
—No te puedes pedir eso para Reyes, es de niñas.
—No es porque sean de niña, es que te llevan a casa cuando tienes miedo.

tenemos la necesidad de leernos

¿Dónde se marcha el dolor

cuando el cuerpo sana?

Como una madre, el mar borra

las pisadas con urgencia, desaparecen

como desaparecen los pájaros

de los árboles cuando mueren,

cuando te sorprendía mirándome

sin que te dieras cuenta.

A esa mirada la llamé, por primera vez,

tristeza.

Madre, siempre temiste por mi muerte,

siempre temiste que alguien o algo pudiera acabar

con mi vida,

aún tan tuya.

De todas las formas de amar,

aprendimos que siempre hay

algo dulce, hermoso,

sagrado en el dolor.

La soledad tiene nombre de jardín

Debería envidiar del pájaro el vuelo

y no su muerte temprana.

Tiendo la mano al cielo vacío.

Te he besado fuerte los ojos

y he aceptado olvidar tu nombre

como tú olvidaste el mío, abuelo.