Es posible en suma que el cuento de Barba Azul haga aflorar a la conciencia la llave psíquica, es decir, la capacidad de formular cualquier tipo de pregunta acerca de la propia persona, la propia familia, las propias actividades y la vida circundante. Entonces, como una criatura salvaje que olfatea una cosa y la husmea por arriba, por abajo y por todas partes para averiguar lo que es, la mujer es libre de buscar las verdaderas respuestas a sus más profundas y oscuras preguntas. Y es libre de arrancarle los poderes a la cosa que la ha atacado y de transformar estos poderes que antes se habían utilizado contra ella en su propio beneficio. Eso es la mujer salvaje.