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Kerri Maniscalco

  • has quoted2 years ago
    —Te has enfrentado al miedo y a su desagradable rostro y lo has hecho temblar. Superarás esto, Wadsworth. Superaremos esto. Ese es un hecho más tangible que cualquier sueño o pesadilla. He prometido no mentirte. Pretendo hacerle honor a mi palabra.
  • odalysAle17has quoted10 months ago
    Si no puedo doblegar la voluntad del cielo,
    moveré el infierno.
  • anarosabarronhas quotedlast year
    A diferencia de lo que sucede en los cuentos de hadas, el príncipe que ahora va a por Camilla no es en absoluto encantador. Pero, como con todos los villanos de los libros de cuentos, si Camilla no tiene cuidado, dicho príncipe oscuro podría acabar conquistándola.

    A no ser que ella logre lo imposible y le robe su malvado corazón primero…
  • anarosabarronhas quotedlast year
    Nadie la había mirado nunca con tanta atención, como si fuera a la vez la respuesta más gloriosa y una respuesta excepcionalmente inquietante a un acertijo, todo en uno.
  • anarosabarronhas quotedlast year
    Pero Synton no la miraba a ella en absoluto. Estaba mirando con frialdad y desprecio a Vexley. Su expresión se había vuelto tan gélida a causa del disgusto que, por un momento, Camilla habría jurado que podía ver su aliento en el aire.

    —¿Siempre reclamas cosas que no te pertenecen, Vexley?

    Camilla entreabrió los labios, conmocionada. ¿Sonaba Synton… celoso?
  • anarosabarronhas quotedlast year
    Sin mirar en su dirección, Envy tanteó las emociones de Camilla y detectó un aumento drástico en su nerviosismo. Mientras Vexley hablaba, su malestar invadió el interior del demonio, como si la creciente ansiedad de ella fuese suya.
  • anarosabarronhas quotedlast year
    Nerviosa, jugueteó con el relicario, que seguía poniéndose todos los días.

    Katherine reparó en ese familiar gesto de su amiga.

    —Estás ocultando algo.

    —Lo he conocido hace un rato —respondió, reconduciendo la conversación hacia temas menos traicioneramente emocionales—. Al misterioso nuevo lord.

    —¡Maldita aburrida! —Kitty abrió mucho los ojos—. ¿Por qué no ha sido lo primero que me has contado? ¿Era guapo? ¿O parecía que sus ojos podrían hacerte arder el alma?

    —¿Quién diablos te cuenta esas cosas?

    —Disfruta un poco, cariño. O es guapo, o es feo. Aunque la belleza es bastante subjetiva, ¿no?

    Camilla se encogió de hombros con indiferencia y los dejó caer, sin comprometerse a revelar nada.

    —No hay mucho que contar.

    —Entonces, hazlo para complacerme. ¿Cuáles fueron tus primeras impresiones?

    —Eres imposible —dijo Camilla en broma.

    —Curiosa, no imposible. Sabes cuánto adoro ser la primera en enterarse de los secretos.

    —Está bien. Es alto, arrogante y lo más probable es que tenga un miembro pequeño. No logro imaginarme que exista ningún otro motivo para que sea tan grosero. Deberías haber visto cómo entró y exigió un encargo. Los hombres como él son aborrecibles. No me sorprendería que estuviera convencido de que el sol sale y se pone porque él así lo desea. Que les den a las leyes de la naturaleza. Lord Synton es el Dios creador y más vale que no te atrevas a olvidarlo, palurda.

    Los ojos de Kitty brillaron con una alegría apenas reprimida.

    —Veo que no hay nada que contar. Excepto que te vas a enamorar locamente de él. ¡O tal vez sea el perfecto compañero leal!

    Camilla no pensaba hacer tal cosa y él no sería nada suyo. Levantó su vaso cuando su amiga se ofreció a rellenarlo, guardándose sus convicciones para sí misma.

    Con suerte, el problemático lord Synton nunca volvería a llamar a su puerta.
  • anarosabarronhas quotedlast year
    La irritación superó a su nerviosismo por un momento, aunque Camilla no tenía derecho a sentirse así. Era solo que la idea de que Synton se escabullera para vivir una aventura clandestina en lugar de buscar su compañía la irritaba. En su fantasía, él había estado consumido solo por ella, centrándose en su placer con la misma intensidad con la que Camilla estudiaba lo que pintaba.

    Era esa intensidad lo que le encantaba imaginar, esa sensación de sentirse completamente consumida por otra persona.

    Solo por una vez, quería que alguien la deseara. No a su arte. No a su talento. A ella.

    A veces se sentía muy sola. Su padre ya no estaba, tampoco su madre. La fantasía con Synton le había recordado todo lo que no tenía pero sí quería. Sin embargo, la realidad era que Synton no había mirado en su dirección ni había buscado establecer una conversación con ella durante toda la cena.

    Precisamente por eso, nunca volvería a confundir fantasía con realidad.
  • anarosabarronhas quotedlast year
    —Camilla. Respira. Estamos en tierra firme.

    —Podríamos… haber muerto.

    —La muerte no entra en mis planes, mascota.

    Transcurrió un instante de silencio.

    —No me llames «mascota».

    —Tomo nota, gatito.

    Ella soltó un improperio en voz baja, su temblor aliviado mientras el miedo daba paso a la irritación.

    Envy sonrió. Bien. Se sentía lo bastante peleona como para superar las etapas iniciales de cualquiera que fuera la conmoción que había experimentado.

    Quizá también estuviera sonriendo porque se había dado cuenta de que le gustaba molestarla. A pesar de las estrictas reglas de aquella sociedad que intentaba domesticar a las mujeres, ella devolvía el mordisco. Le gustaba verle los dientes.
  • anarosabarronhas quotedlast year
    Transcurrió un instante de silencio mientras Synton, con una expresión ilegible, estudiaba sus rasgos. Ahora conocía uno de sus secretos más oscuros. Como si la amenaza de escándalo no fuera suficiente, ya tenía el mismo poder sobre ella que Vexley.

    —No me parezco en nada a él, señorita Antonius.

    Algo peligroso brilló en su mirada.

    ¿Acaba de leerme la mente?

    —Por supuesto que no. Controlad vuestra expresión. Traiciona vuestros pensamientos con tanta claridad como las palabras.

    Sin añadir nada Synton se recostó, con el rostro medio oculto mientras se giraba para mirar por la ventana una vez más.

    Camilla se dio cuenta de que había sido un gesto bien meditado: que no quería que ella dedujera algo de él a su vez. Lo sintió como una pequeña victoria, dadas las circunstancias.
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