Jesús describió el problema en Mateo 7:3-5. Si aplicamos su enseñanza al matrimonio, sonaría de esta manera: «¿Por qué miras la astilla que está en el ojo de tu mujer y no prestas atención a la viga que está en tu propio ojo?… Primero, saca la viga de tu propio ojo, y luego verás con más claridad para ver la astilla en el ojo de tu mujer».