Carol Isern

La autocompasión es una libre elección. No es algo que se nos ofrezca desde altas instancias. Tampoco debes superar un examen para que se te permita utilizarla ni necesitas esperar a iluminarte. Saborear los platos atentamente y cocinarlos para ti mismo es una manera sensacional de practicar la autocompasión en tu vida, así como una excelente manera de tratarte con amabilidad.

Si eres demasiado autocrítico, no querrás escuchar el punto de vista de la otra persona, pues crees que te causará demasiado dolor.

acogernos a nosotros mismos en momentos difíciles nos protege de la fatiga y del resentimiento; nos da la energía necesaria para estar presentes respecto a los demás

La autocompasión puede hacer que tus relaciones florezcan. Saber que disfrutas de tu propia amistad pase lo que pase aumenta tus niveles de autocompasión. Esto te ayuda a ser menos reactivo y consigue abrir espacios en los que es más fácil hablar sobre algunas diferencias y aceptarlas. Es una parte esencial del trabajo que debemos realizar en las relaciones duraderas.

Tu falta de confianza dificulta que estés en contacto con la parte más tierna de tu sistema emocional. ¿Por qué? Porque dar vueltas a tus defectos y a tus errores, o preocuparte por lo que puede suceder a continuación o por conseguir la aprobación de los demás, puede bloquear esa parte tierna. Y la autocompasión está muy relacionada con la capacidad de tranquilizarte a ti mismo, tal como expliqué antes (capítulo 10, pág.

Desde el punto de vista de la autocompasión, quizá no tenga mucha importancia lo que puedas responder a esa hipotética pregunta de si crees que eres un ganador o un fracasado. Tales respuestas tienen más que ver con la autoestima que con la autocompasión. Una autoestima frágil construida a base de éxitos, los definas como los definas, puede romperse ante cualquier fracaso aparente.

«No podemos saltar por encima de nosotros mismos como si no estuviéramos ahí», dijo Pema Chödrön en una de mis citas favoritas.

nuestro objetivo es aprender a ser compasivos con nosotros mismos y a ser nuestros amigos, tanto si somos unos triunfadores como si somos fracasados.

En su libro Acceptance: Passage into Hope, nos invita a practicar el gusto por una parte de nuestra experiencia (o del mundo o de nosotros mismos) que no nos guste. Por ejemplo, ¿hay alguna persona que te resulte difícil? Si es así, quizá puedas encontrar una única cosa en ella que te pueda gustar.

La autocompasión puede hacer que este sea un buen día. Cada día tiene aspectos buenos y malos, pero la amabilidad hacia ti mismo puede ser un hilo constante que te conduzca durante todo el día. Sea como sea tu día, tanto si te sientes bien como si te sientes mal, acuérdate de la autocompasión.