Cada queja te hace más pobre y cada sonrisa te enriquece.
Que la vida te confronte violentamente puede ser abrumador y desgastante, es posible que te rompa los huesos; pero no seamos cobardes y hagámosle frente al miedo, a la duda, al dolor, a las críticas: ahí es donde pruebas de qué está hecho tu espíritu, verás crecer tu carácter y te elevarás de nivel.