Existen dos clases de inversionistas:
1. La primera clase, y la más común, son las personas que adquieren una inversión "empacada". Ellos llaman a un revendedor, como una compañía de bienes raíces o un corredor de bolsa o un planificador financiero, y compran algo. Puede ser un fondo mutualista, un fideicomiso de inversión en bienes raíces (REIT), acciones u obligaciones de una compañía. Es una manera limpia y sencilla de invertir. Un ejemplo sería el comprador que va a una tienda de computadoras y compra una computadora que ve en la repisa.
2. El segundo lo conforman los inversionistas que crean inversiones. Este tipo de inversionista generalmente crea el negocio, de manera muy parecida a la gente que compra los componentes de una computadora y la arma. Es como hacer algo a la medida. Yo no sé nada sobre armar los componentes de una computadora. Sin embargo, sé cómo armar las piezas de una oportunidad, o conozco gente que sabe hacerlo.
Es este segundo tipo de inversionista el que más probablemente se acerca al inversionista profesional. En ocasiones toma años reunir las piezas. Y en ocasiones nunca logran reunirse. Mi padre rico me alentó a convertirme en este segundo tipo de inversionista. Es importante aprender cómo colocar las piezas, porque es allí donde se encuentran las enormes ganancias y en ocasiones también las enormes pérdidas si la corriente va en contra.