esto tengo parte de culpa, porque no he hablado abiertamente contigo de estas dificultades, cuando la verdad es que te aprecio, te respeto y he trabajado contigo mucho tiempo». La admisión de responsabilidad puede ser una técnica eficaz — sobre todo, al principio—, porque centra enseguida la atención en las cosas difíciles que tiene que decir quien habla y que tiene que escuchar quien oye, pero sin provocaciones.