El hecho de que yo haya podido salir adelante le quita a mi violador algo de culpabilidad a los ojos del jurado, a los ojos del mundo. Incluso a mis propios ojos. Si me hubiera hecho algo realmente grave, no podría estar donde estoy. Muchas veces me dije: estás viva, tu cerebro funciona, eres libre de irte, de pensar, de vivir. ¿De qué te quejas?