—Keely, este lugar se llama el Jardín. Es de un hombre y sus dos hijos, que son los que nos traen y nos mantienen aquí. Se aseguran de que tengamos comida y ropa, que recibamos lo que necesitamos, pero no nos dejan ir. Siento mucho que te hayan secuestrado y te hayan traído aquí, pero no puedo cambiar eso. No puedo prometerte que volverás a ver tu hogar o a tu familia.