Reflexiones diarias del doctor Hawkins

Todo lo que experimentamos son nuestros propios pensamientos, sentimientos y creencias, que proyectados sobre el mundo causan realmente lo que vemos que ocurre.

Acepta que el concepto de “temor de Dios” es ignorancia. Dios es paz y amor, y nada más.

El verdadero sacrificio es soltar lo menor a cambio de lo mayor, y es gratificante en lugar de agotador.

La fuente de la felicidad está dentro, y se libera en condiciones favorables cuando la mente experimenta un resultado deseado. A través del examen interno, uno descubrirá que el suceso solo activa una capacidad interna. Cuando se descubre que en realidad la fuente de la felicidad está dentro del propio ser y, por lo tanto, no puede perderse, el miedo se reduce.

El éxito viene automáticamente cuando sabemos dónde mirar. No a qué mirar, sino dónde mirar. No miramos a lo que tenemos ni a lo que hacemos, sino a lo que somos. Cuando encontramos dentro de nosotros lo que hemos estado buscando, no tenemos que molestarnos con mirar “ahí fuera”.

El espíritu y el corazón son uno. Es el corazón el que es uno con Dios, no la mente. Descubrir nuestro propio corazón es descubrir a Dios.

La devoción disuelve el miedo, la duda y la vacilación; y clarifica la incertidumbre. La intención también se fortalece, así como la confianza en Dios. Entonces surge la decisión interna de abandonarse totalmente a Dios.

El propósito del mapa de la conciencia es crear un contexto desde el que ver y experimentar el mundo, y darse cuenta de que presenta avenidas completamente nuevas que comienzan a abrirse automáticamente.

La entrega es un proceso constante de no resistirse o aferrarse al momento, y, en cambio, entregarlo constantemente a Dios. Así, la atención se enfoca en el proceso de dejar ir y no en el contenido de lo que está siendo entregado.

Hay más libertad en vivir en el filo emocionante del momento que en ser un prisionero del pasado o en tener expectativas de futuro.