Ser «mutuamente des-hechos», afirma Butler, es mucho menos grave que mantenernos intactos, autónomos en nuestra propia hibris. Proteger aquello que nos separa de los demás implica que, en realidad, estamos «perdiéndonos» la oportunidad de ser reconfigurados por la existencia de otros. Vivir como si nuestros destinos fueran formas labradas en mármol es una actitud estéril. Butler ve la interacción humana como una dialéctica constante entre coherencia e incoherencia, fragmentación y construcción.48 E