Solo por este motivo deberíamos estar siempre agradecidos por contar con estos pequeños y espléndidos almacenes de salud y bienestar.
Así pues, cuando siembras una semilla, es recomendable ser de verdad consciente de qué es lo que estás haciendo. El jardinero está añadiendo los últimos ingredientes antes de que se pueda manifestar la vida en verde, es decir, el agua, además de un medio donde cultivarla, ya sea abono orgánico o el propio suelo del jardín. Trata de ser consciente del hecho de que, en cierto modo, el jardinero está actuando como matrona de una nueva vida que se trae al mundo.