Supongo que hay gente que deja huellas muy grandes en nuestras vidas. Quizá, si nuestra historia hubiera terminado diferente, un poco como cualquier otra —por una desilusión, por un engaño, o porque ambos nos cansamos de estar juntos, porque cambiamos, o porque ya no nos amábamos— hubiera dolido menos, hubiera sido más fácil aceptarlo.