Al menos para aquellos para quienes, como para uno, leer implica subrayar. No porque se lea y además se subraye, sino porque se lee subrayando, porque se lee al subrayar, porque leer y subrayar se fusionan. Subrayar es trazar en las páginas escritas las marcas de la propia lectura (un atisbo de escritura como parte de la lectura misma), zonas de condensación de sentido, recorridos de la significación, énfasis, conexiones, subtextos.