No hablo solo de proveedores de azúcar o colorante, sino también de quienes idean, ensamblan y construyen las máquinas que emplea, los espacios industriales donde desarrolla su actividad, los sistemas de empaquetado que envuelven sus dulces, la energía que se consume durante el proceso, la logística de envío y transporte, etcétera. Por lo tanto, no basta con observar el hecho de que hay alguien dedicado a hacer caramelos y con eso es suficiente para que éstos lleguen a la tienda. De hecho, ese fabricante no podría operar de no ser por todos los demás, que son los productores que le brindan todo lo que necesita para elaborar sus dulces.