Dicen que las historias son seres vivos, que crecen, se desarrollan, recuerdan, y que cambian no en su esencia, pero sí en los ropajes que les dan forma. Las historias se comparten entre la tierra, la cultura y el narrador, y así evolucionan, de manera que una única historia puede contarse de múltiples maneras. A veces solo se comparte un fragmento, se muestra una única cara de su multiplicidad interna, para servir a un determinado propósito. Ese es el caso de las historias que aquí compartimos.