en China, en el sur, hubo una «escritura de mujer» (en realidad un lenguaje): el nushu, utilizada en secreto. Sus signos eran fonéticos y se transmitían de madres a hijas
(esc) rito de iniciaciónhas quoted3 years ago
Me siento tan sola
que mi cuerpo es una hierba flotante
cortada de sus raíces.
ana munozhas quoted4 years ago
la primera gran novela de la literatura universal, tal como hoy entendemos el género, es obra de la japonesa Murasaki Shikibu: La historia de Genji, que ha sido comparada con Don Quijote de la Mancha, de Cervantes y a En busca del tiempo perdido, de Proust
valeria list / guzmánhas quoted5 years ago
estamos en un momento histórico en el que se producen grandes cambios que, en parte, se concretan, precisamente, en la aproximación entre los sexos, y no por la masculinización de la mujer, sino por la feminización del hombre.
Ludmilahas quoted6 days ago
Con todo, por elevado y solemne que fuera el tono de la sacerdotisa, si comunicaba no lo hacía a nivel personal, sino que seguía ciertos paradigmas.
Ludmilahas quoted6 days ago
la voz que «mejor» se expresa no es siempre la que más comunica.
Ludmilahas quoted11 days ago
durante el Barroco, periodo en que se mezclaba la misoginia con el encubrimiento de los sentires, de un modo que afectaba a las formas. Así se abrió paso el disfraz y, a la vez, un incipiente feminismo.
Ludmilahas quoted11 days ago
2.500 años antes de Cristo hallamos la primera voz poética conocida, y es precisamente femenina: la sacerdotisa acadia Enheduanna,
Ludmilahas quoted11 days ago
Dice la escritora francesa: «La peor maldición que pesa sobre la mujer es la de haber sido excluida de las expediciones guerreras. No es dando la vida sino arriesgando su vida como el hombre se eleva por encima del animal; por eso en la humanidad, la superioridad ha sido acordada, no al sexo que engendra, sino al que mata».
Miri Picazohas quoted6 months ago
La escritura data de principios del tercer milenio antes de Cristo, y he aquí que unos 350 años después se sitúa el primer nombre de un autor del que tenemos noticia. Pues bien, se trata de una mujer: la suma sacerdotisa acadia Enheduanna, parecida, tal vez, a aquella