Diarios completos

Soy el presente, pero sé que también yo pasaré. Los buenos momentos son como flashes que se queman, vienen y se van, como incesantes arenas movedizas. Y no quiero morir.

ritos asociados al nacimiento, al matrimonio y a la muerte, todas las ceremonias primitivas, brutales, que se han adaptado a los tiempos modernos.

Nada es real salvo el presente, y yo siento el peso de los siglos abrumarme.

En mí, el presente es eterno, y lo eterno siempre se mueve, fluye, se disuelve. Este instante es la vida y cuando ha pasado está muerto.

–A mí, o me gusta mucho alguien o no me gusta nada. Tengo que profundizar, ahondar en las personas, conocerlas realmente.

. La lluvia es bastante agradable. Hace que te sientas reconciliado, como si formaras parte de los elementos, como si bastara con escuchar.

Registro aquí la actividad de los nervios ópticos, de las papilas gustativas, de la percepción sensorial, y pienso: tan solo soy una gota en el océano de la materia, una determinada gota, consciente de su existencia. De todos los millones de gotas, también yo era potencialmente todo al nacer, y también yo fui constreñida, limitada, moldeada por mi entorno, por los accidentes de mi herencia.

Si no pensara sería mucho más feliz, si no tuviera órganos sexuales no estaría todo el tiempo al borde de la euforia y el llanto

Cuando sorprendes a tu madre, que en la infancia es el símbolo de la seguridad y el orden, llorando desconsoladamente en la cocina, cuando ves crecer a tu hermano menor, descubres sus ojos soñadores y piensas que todo su potencial como científico se malogrará antes de que tenga una oportunidad… todo se te hace cuesta arriba».

Cada episodio, cada incidente, cada retazo de conversación es para mí materia prima.