Discotecas por fuera

escribió Constantin, la tragedia reside en la necesidad de tener que preguntarse una y otra vez si uno sigue siendo hermoso, a pesar de que la respuesta sea todo el tiempo sí, claro que sí.

Tras la brecha del Halo se me había hecho difícil distinguir entre qué estaba dentro y qué estaba fuera, cuáles las mentes subyugadas por el campo y cuáles las protegidas por el antídoto.

O eso me habían dicho: que nuestro medidor de densidad del Halo no medía propiamente ninguna cosa llamada Halo, sino un conjunto de elementos secundarios masivos que, sumados, hacían el Halo.

El usuario infectado buscará satisfacciones a través de bucles en la compulsión. Si la compulsión resulta estable en la dosis de satisfacción recibida, el infectado no dará por definición paso alguno en busca de una satisfacción mayor.

Aun sabiendo que en aquella profesión, la más mecánica, similar al trabajo especializado de las cadenas de montaje, uno podía alcanzar místicos estados de enajenación, estaba exhausto.

Evoluciona para que cada vez podamos entenderlo menos. En eso invierte todos sus esfuerzos defensivos.

Nadie se da cuenta de nada, pero todo ha cambiado. Ningún comportamiento es distinto, porque todos lo son. L

El deseo solo es, de manera literal, dibujar o un dibujo. Una fuerza tirante o atrayente, y el trazo de esta fuerza en una imagen.

Y el deseo no es lo mismo que la necesidad, aunque son fuerzas parecidas y en relación.

Según Braier, es el deseo del otro el que alimenta el deseo de uno.