En la antigua Grecia los filósofos destruyeron la antigua fe entre las clases educadas; en muchas naciones de la Europa moderna los filósofos lograron resultados similares. Protágoras se convirtió en Voltaire, Diógenes en Rousseau, Demócrito en Hobbes, Platón en Kant, Trasímaco en Nietzsche, Aristóteles en Spencer, Epicuro en Diderot.