La paciente silenciosa

Y entonces, aquella noche en Cambridge, por fin comprendí lo que había recreado sin saberlo, la mina antipersona olvidada hacía años y que de pronto yo había pisado. Gabriel era el segundo hombre que condenaba a Alicia a morir; sacar a relucir aquel primer trauma fue más de lo que ella pudo soportar, y por eso recogió el arma y completó la tan esperada venganza contra su padre, en la persona de su marido. Como yo sospechaba, el asesinato tenía unos orígenes más antiguos y más profundos que mis actos.

Solo con estar en su compañía sentía una felicidad desconocida,

Las emociones no expresadas nunca mueren.

Quedan enterradas en vida y emergen más adelante, de formas más desagradables.

Si alguien no te contesta cuando le hablas y nunca inicia una conversación, pronto te olvidas de que está ahí.

Todo el que tenga ojos para ver y oídos para oír se convencerá de que ningún mortal es capaz de guardar un secreto. Si sus labios callan, habla por las puntas de los dedos; hasta el último de sus poros lo delata.

Todos estamos locos, creo yo, solo que en diferente grado.

La confianza, una vez perdida, es muy difícil de recuperar.

La confianza, una vez perdida, es muy difícil de recuperar.

De buenas a primeras. A nadie le importas tanto como a mí, ¿sabes? A nadie.

No sabía que necesitase invitación por escrito para ver a mi mejor amiga.