Luego presioné un racimo de flores de manzanas (que significaban admiración) contra el papel y lo doblé en un pequeño cuadrado, que sellé con cera y el sello de Madoc.
Quería que recordara, ves, que había riesgo en tratarme de mala manera. No era estúpida. Al menos, no todavía.
Érase una vez, había una chica llamada Taryn. Sufría muchas humillaciones a manos de la gente mágica llamada los Mágicos, sin embargo, ella siempre fue amable, sin importar cuánto la despreciaran. Entonces un día, un chico hada de cabello de zorro la miró y vio su virtud y su atractivo, así que la tomó para ser su novia. Y de su brazo, vestida con un vestido tan
brillante como las estrellas, los otros Mágicos la vieron por primera vez.
Supieron que la habían juzgado mal y…
Siempre azul