A lo largo de la historia del pensamiento humano, pocas doctrinas filosóficas han suscitado tanto debate, inspirado tantas reformas o influido en tantas vidas como el utilitarismo. Arraigado en el principio simple pero profundo de que la acción correcta es la que promueve la mayor felicidad para el mayor número de personas, el utilitarismo se ha forjado un lugar destacado en la historia de la filosofía moral. Este libro explora esta idea: sus orígenes, su desarrollo, sus implicaciones y su perdurable relevancia.
El utilitarismo surgió a finales del siglo XVIII y principios del XIX, sobre todo a través de las obras de Jeremy Bentham y John Stuart Mill, quienes buscaron aportar claridad, coherencia y un espíritu de pragmatismo humanista a la investigación ética. En una época en la que la filosofía moral a menudo se basaba en la tradición, la autoridad o la metafísica abstracta, el utilitarismo ofreció un enfoque radicalmente empírico y democrático: la moral podía medirse, compararse y justificarse racionalmente a través de sus consecuencias. Esta visión ha inspirado tanto admiración como crítica a lo largo de los siglos.
La propuesta radical de Bentham —que el placer y el dolor no son solo sensaciones, sino la base misma de la ética— sentó las bases para una revolución en nuestra forma de pensar sobre las leyes, los derechos, la gobernanza y la conducta personal. Mill, basándose en los fundamentos de Bentham, introdujo matices al reconocer las diferencias cualitativas en los placeres y defender la libertad individual como un ingrediente clave del bienestar colectivo. Pensadores posteriores, como Henry Sidgwick, G. E. Moore, R. M. Hare y Peter Singer, continuaron perfeccionando y cuestionando la teoría, extendiendo su aplicación a todo, desde la pobreza global hasta los derechos de los animales.
Este libro no se limita a repasar la historia del utilitarismo; su objetivo es rastrear la corriente viva del pensamiento utilitarista a lo largo de los siglos, confrontándolo con los dilemas éticos del pasado y del presente. Exploramos cómo el razonamiento utilitarista se ha aplicado a cuestiones de justicia, atención médica, economía y política ambiental, y cómo continúa suscitando preguntas difíciles pero necesarias sobre qué valoramos y por qué.
Sin embargo, el utilitarismo no está exento de detractores. Los críticos argumentan que puede ser demasiado exigente, demasiado impersonal o insuficientemente atento a los derechos y la justicia. A lo largo de este libro, tomaremos en serio estas objeciones, no para descartarlas, sino para examinar si el utilitarismo puede responderlas, y cómo, sin perder su idea central: que la moralidad, en esencia, trata de mejorar vidas.
Este libro está dirigido a un público amplio. Si bien no presupone una formación filosófica previa, no rehúye profundizar en los argumentos. Ya seas un estudiante que se enfrenta al utilitarismo por primera vez, un académico que retoma un tema familiar o un lector curioso atraído por los desafíos prácticos de la toma de decisiones éticas, espero que esta obra te brinde claridad y te inspire a reflexionar.
En definitiva, el utilitarismo no es solo una teoría para estudiar, sino una perspectiva a través de la cual podemos comprender mejor nuestras obligaciones mutuas en un mundo compartido. En tiempos de crisis global e incertidumbre moral, el llamado utilitarista a reducir el sufrimiento y mejorar el bienestar sigue siendo tan urgente como siempre.