Aprender inglés puede ser un desafío, pero hay un secreto poderoso para facilitar el aprendizaje: pensar en inglés.
Cuando pensamos en inglés, el aprendizaje se vuelve más natural y menos mecánico, ya que empezamos a interiorizar sus estructuras y vocabulario, haciendo que el uso del idioma sea más espontáneo.
Y una forma eficaz de empezar a pensar en inglés es utilizar el idioma para describir mentalmente tus acciones diarias. Por ejemplo, mientras te vistes por la mañana, puedes decirte a ti mismo: “I'm putting on my shirt” o “I'm brushing my teeth”.
Cuando transformas tus actividades diarias en frases en inglés, comienzas a asociar esas acciones con las palabras y expresiones en el nuevo idioma.
Este sencillo ejercicio de narrar tus actividades en inglés ayuda a construir un hábito de pensamiento. Cuanto más practiques, más fácil te resultará.