Archivo agonía

Resulta irónico, sin duda, que la vida nos enseñe a morir bien y, en medida de lo posible, nos conduzca también a aprender a seguir viviendo tras los efectos de la muerte. Así es la vida.

Necesitamos familias extendidas. Necesitamos pandillas. Las tribus quedaron dispersas tras la Revolución Industrial.

Me educaron para creer que si eres suficientemente amable no querrán pegarte. La vida demuestra esa falsedad continuamente.

embargo, es un testigo doble porque tiene entre sus manos una cámara, el máximo instrumento del atestiguar, que aparece aquí en plena acción

Aunque el instrumento máximo de testimonio capte una parte del suceso, la experiencia de observarlo es otra cosa. Se

Las imágenes del monje en llamas, a media calle en Saigón, son prueba de ello: de que la muerte no es un instante, sino un proceso. Puede ser un proceso largo, o corto, pero no dura segundos.

dice que debemos prestar atención a los muchos rostros que acompañan a la muerte; 2) en segundo lugar, le parece ridículo temerle a algo que dura tan poco tiempo.

Lo único que pude hacer fue sentarme con ella durante el proceso y temer absurdamente la inevitabilidad de un futuro sin ella. Montaigne escribió un ensayo bellísimo sobre lo ridículo que resulta temerle a la muerte

nulifica. Él empieza a morir cuando esas posibilidades se extinguen. Sin embargo, llega ese instante y el monje se

La agonía ocurre cuando resulta ya imposible regresar a la vida, pero la muerte aún no ha llegado.