Historia de la Palestina moderna (3ª ed.)

Mientras se confinaba a otros palestinos en campos o se los convertía en ciudadanos jordanos o en no ciudadanos en la Franja de Gaza, en octubre de 1948 los 160.000 palestinos que habitaban dentro de las fronteras del nuevo Estado judío quedaron bajo un gobierno militar.

La tensión general con Egipto y Siria hizo que la oposición tratase de explotar la sublevación como parte de un plan general concebido para radicalizar la política jordana. En 1957, el golpe de Estado organizado por el jefe de Estado mayor jordano, el general Abu Nawar, fracasó. En 1958, el rey se salvó gracias a la intervención de las fuerzas del ejército británico[26].

Como vimos en el capítulo anterior, el desplazamiento de los intereses de estas familias notables del terreno político al económico fue una pauta que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la familia Nashashibi optó por dedicarse a los negocios en vez de detentar el liderazgo nacional.

La retórica, la actividad hipernacional y el reclutamiento –por lo general voluntario, pero a veces bajo coacción– para la causa destruyeron la jerarquía y la tradición. La generación joven tuvo ahora precedencia frente a la mayor, la patriarcal; las mujeres empezaron a desempeñar un papel más activo en la escena política; y los clanes perdieron casi totalmente su influencia y se vieron gradualmente sustituidos por la familia nuclear.

La contribución palestina a la historia de las ideas poscoloniales fue ligar la liberación de Palestina al esfuerzo más amplio para encontrar una solución al problema panárabe. Al principio, la ideología izquierdista palestina fue compañera de viaje del movimiento general, pero, con el paso del tiempo, en varios países árabes se convirtió en una fuerza motriz en pos de una revolución más radical.

El islam político tampoco era una alternativa, al menos para la clase media. Los palestinos de las ciudades se sentían más atraídos por las ideologías izquierdistas y marxistas. Como activistas acomodados, eran especialmente activos en Cisjordania, en las filas del partido comunista, o en la Franja de Gaza, donde crearon un nuevo partido, el movimiento nacionalista árabe denominado al-Qawmiyyun al-Arab, precursor de los frentes izquierdistas del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y el Frente Democrático Popular para la Liberación de Palestina (FDPLP) de finales de la década de 1960[19].

De entre los cuadros de los jóvenes fedayines surgió la organización palestina más importante, al-Fatah, en cuyo centro destacaban figuras como Yasir Arafat y Khalil al-Wazir (Abu Yihad).

Se centraba en torno a la figura mítica del combatiente palestino, el fedayín (fida’i, plural: fida’iyyun), dispuesto a sacrificar su vida por la causa palestina, por poco definida que esta estuviese entonces. Si sobrevivía, su coraje le otorgaba una posición dirigente en su propia sociedad.

Es preciso destacar dos aspectos: uno muy político y activo, de hecho hiperactivo; el otro social y cultural, un proceso menos visible pero más moderado de desintegración inicial y posterior cohesión. Los principales participantes del primer proceso fueron los militantes de varias organizaciones nacionales palestinas que de la noche a la mañana inventaron una nueva «tradición»: el movimiento guerrillero palestino.

En julio de 1949, Ben-Gurion supervisó personalmente el gran proyecto de dar «nombres hebreos a todos los lugares, montañas, valles, manantiales, carreteras, etcétera» de este país. Este acto de «memoricidio» se completó en 1951[14].