Las venas abiertas de América Latina

nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros

el atraso y la miseria de América Latina no son otra cosa que el resultado de su fracaso. Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos

El desarrollo desarrolla la desigualdad

como ha ocurrido en otros países que tampoco dieron el salto decisivo, no realizó cabalmente sus objetivos de independencia económica y justicia social.

¿Pero qué «burguesía nacional» era la nuestra, formada por los terratenientes, los grandes traficantes, comerciantes y especuladores, los políticos de levita y los doctores sin arraigo? América Latina tuvo pronto sus constituciones burguesas, muy barnizadas de liberalismo, pero no tuvo, en cambio, una burguesía creadora, al estilo europeo o norteamericano, que se propusiera como misión histórica el desarrollo de un capitalismo nacional pujante.

En las montañas, cultivando en minúsculas parcelas el maíz y los frijoles imprescindibles para no caerse muertos, viven durante una parte del año los indígenas que brindan sus brazos, durante las cosechas, a las plantaciones. Éstas son las reservas de mano de obra del mercado mundial.

los bandoleros otorgaban el permiso de vivir a cambio de tributos

¿es lícito confundir la prosperidad de una clase con el bienestar de un país?

Los países ricos, predicadores del comercio libre, aplican el más rígido proteccionismo contra los países pobres: convierten todo lo que tocan en oro para sí y en lata para los demás

Los intermediarios se quedaron, pues, entre el ’64 y el ’68, con este trece y con aquel treinta: ganaron a dos puntas.