Dicen que lo genuino viene de la crisis, de ese momento que parece que tocás fondo y ya no queda nada; ahí recién uno resurge y se vuelve a amar. Porque sí, necesito amar. Necesito recordar lo que es el amor. Sentirme totalmente a gusto con otro cuerpo, piel con piel. Que su transpiración se mezcle con la mía y no me importe, sino que, al contrario, me agrade.