El corte del vestido cubría todo lo agradable al ojo en torno a la reina, nada podía recordar la parte alegre de la vida. Ahí donde Giovanna se quedaba de pie por un largo rato, la vegetación, cuando se retiraba, quedaba marchita, no aguantaba la ausencia de luz bajo ese luto profundo. Las mariposas morían, lo mismo que los caracoles y los conejos.