Los expertos aprenden a leer distintas partes del cuerpo dependiendo de cuál sea su objetivo. Un médico buscará indicios de enfermedad en los tejidos blandos y los órganos; un patólogo clínico examinará biopsias de tumores o categorizará cambios en las células para determinar la naturaleza y la progresión de una enfermedad o trastorno. El médico forense se centrará en la forma y la causa de la muerte, mientras que el toxicólogo forense analizará líquidos corporales, que incluyen la sangre, la orina, el humor vítreo del ojo o el líquido cefalorraquídeo, para comprobar si había consumido drogas o alcohol.