Cuelgo sin despedirme, vacío el vaso de inmediato y cierro los ojos para enfocarme solo en el ardor que provoca el whisky. Si pudiera volver atrás, nunca habría tocado a Mackenzie. Nunca me hubiera permitido descubrir lo suave y cálida que es. Tal vez volvería al principio e incluso le diría que el plan era una idea ridícula. Enfrentaría a la junta, recibiría mi castigo y eso sería todo.
Pero no hubiera descubierto cómo suena su risa. No podría recordar cómo arruga la nariz cuando está pensando. No conocería la dulzura suave de su aroma que me persigue, incluso ahora. No la conocería a ella, y siento que no haberla conocido nunca sería una tragedia aún mayor que perderla.