El recuerdo tiene el mismo poder que la escritura: cuando ves la palabra “gato” escrita en un libro, su aspecto es muy diferente del minino de los vecinos, que te ha mirado con esos ojos tan hermosos. Y, sin embargo, ver esa palabra escrita te proporciona un placer similar a la presencia del gato, a su dorada mirada dirigida a ti.
»La memoria es igual. Tu abuela murió, pero el recuerdo de tu abuela hace que siga viviendo. Si logras inscribir los tesoros de tu paraíso en la materia de tu cerebro, transportarás en la cabeza si no su milagrosa realidad, sí por lo menos su poder.