Es tentador creer que este enfoque también funciona para la salud mental: estar siempre feliz, ser extrovertido, positivo todo el tiempo, meditar por las mañanas, mantenerse siempre tranquilo y ser compasivo en cualquier situación. Pero estos objetivos pueden ser inalcanzables. De hecho, la búsqueda de este estado de perfección puede ser una forma más de ser demasiado exigentes con nosotros mismos, de juzgarnos y decirnos que no somos lo bastante buenos.